Polish (Pulido)

Dar forma a un diamante en bruto es una tarea exigente y delicada. Es casi imposible evitar dejar rastros de pulido -como pequeños arañazos o rozaduras- cuando el trabajo se realiza a mano. El objetivo del pulido es siempre obtener una superficie lo más lisa posible para conseguir un brillo óptimo. Cuantas menos marcas de pulido tenga una piedra, mayor será la calidad de su aspecto.